Para cada receta el vino apropiado
De acuerdo a su aroma (bouquet)
1-Vino de mesa: corrientes y finos
2-Vinos espumosos: champaña y todos los que pretenden imitarlo.
3-Vino licoroso: moscateles, málagas, malvasías.
4-Vinos generosos: finos, olorosos, manzanillas.
De acuerdo a su contenido de azúcar:
Dulces, semi secos y secos
Por su edad:
Viejos, añejos, jóvenes, rancios
De acuerdo al color:
Blancos, rosados, claretes, tintos.
Ahora, ¡ atención!, algo fundamental, te orientaré en cómo se acoplan los vinos con las respectivas comidas.
Mariscos, caviar, salmón: Vino blanco seco, vino espumoso seco, champaña brut, jerez seco.
Huevos: Vinos secos
Sopas: Vinos blancos secos de alta graduación
Pastas y arroz: Si la salsa con la que se condimenta tiene pescado, vinos blancos secos. Si es a base de carnes, vinos tintos no muy fuertes, si son con animales de caza, vinos secos, generosos.
Pescados: Vinos blancos secos o ligeramente abocados (más suave que el seco sin llegar a ser dulces).
Asado de carne blanca: Vinos tintos generosos.
Asado de carnes rojas: Vinos tintos de mucho cuerpo, de un buen año.
Algo importante y que siempre tenemos que tener en cuenta es la temperatura. Si está demasiado caliente se altera el sabor, y si está muy frío pierde el aroma. Por ejemplo para un asado lo servimos a temperatura ambiente, si es espumoso entre cinco y ocho grados, para acompañar un postre quince grados. Un detalle importante, abre la botella media hora antes de servirlos, sobre todo si es viejo, ya que el contacto con el aire exalta sus mejores propiedades.
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