- 200 gramos de pasta (espaguetis por ejemplo)
- 150 gramos de panceta o beicon
- 40 gramos de queso parmesano
- 150 gramos de cebolla
- 200 ml de nata líquida para cocinar
- 25 gramos de mantequilla sin sal
- aceite de oliva
- sal y pimienta negra
- Como lo que tarda más es la cebolla (que la tenemos que dejar bien pochadita) empezaremos pelando la cebolla, picándola y poniéndola al fuego en una sartén con 3 cucharadas de aceite de oliva y los 25 gramos de mantequilla. Añade media cucharada pequeña de sal y deja a fuego medio que se vaya pochando poco a poco.
- Cuando las cebollas lleven cinco minutos al fuego podemos empezar a calentar el agua para la pasta porque la salsa estará terminada antes de que la pasta termine de hacerse. Así que coge un cacharro grande y pon a calentar en él dos litros de agua.
- Coge el beicon o la panceta y córtalas en tiras finas. Ponlas en una sartén pequeña sin grasa (ni aceite ni mantequilla) ya que el beicon soltará su propia grasa. Haz el beicon hasta que esté a tu gusto (más o menos crujiente) y reserva en un plato desechando la grasa que habrá soltado.
- Cuando el agua esté hirviendo añade la pasta y dos cucharadas pequeñas de sal. Deja entre 7 y 8 minutos (mira las instrucciones del paquete para saber cuanto tarda en hacerse la pasta) hasta que esté en su punto (al dente).
- La cebolla ya debe estar bien pochada así que añade el beicon, la nata líquida y unas vueltas de molinillo de pimienta negra. Mezcla todo bien y deja a fuego bajo esperando a que se termine de cocer la pasta.
- Cuando la pasta esté en su punto escúrrela bien.
- PASO OPCIONAL PARA LA VERSIÓN CON NATA Y HUEVOS: coge las dos yemas de huevo y bátelas en un bol grande (suficiente para que entre toda la pasta). Después añade la pasta directamente sobre el huevo y mezcla bien. El calor de la pasta cuajará el huevo inmediatamente así que no creas que te vas a comer el huevo crudo
- Coge la pasta y mézclala con la salsa (nata, cebolla, beicon,..) y sirve añadiendo en cada plato una buena ración de queso parmesano recién rallado. Fuera de la cocina y a comer!!!
Como habrás visto esta receta tampoco lleva ni ajo ni vino blanco. En la receta de la carbonara al huevo verás que si que uso el vino blanco para reducirlo en las tiras de bacon, pero el ajo no lo suelo usar en ninguna de las tres recetas de carbonara que veremos. Si tu quieres puedes añadírselo picado muy fino con mucho cuidado de que no se te queme, pero a mi me gusta más que el sabor predominante de la carbonara sea el de las cebollas bien hechas y el bacon
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